Un grande como Juan Bosch Gaviño tenía desde adolescente su destino muy claro. Sabía que había nacido para ser profesor y vaya que fue uno de los mejores que podremos recodar.
Tener tan clara tu misión en la vida y convertirte en un referente para las próximas generaciones de maestros y maestras era un peso para sus hombros con el que quizás no contaba, pero como lo ha superado con creces. Gracias a él, como cada año, este 30 de junio celebramos su natalicio y festejamos el día del maestro dominicano.
No hace mucho tiempo -exactamente 82 años- y a pesar de que hemos sido un país colmado de ilustres educadores, homenajeamos oficialmente su encomiable labor, pero sin dudas muchas cosas han cambiado desde aquella naciente festividad y esto nos llena de orgullo; la importancia y valor de la profesión docente hoy hace que este día cobre un nuevo significado.
Enseñar es más que calificar desempeño. Ser docente ahora más que nunca, ha dejado de circunscribirse al marco estricto del aula, su impacto profesional y social va mucho, muchísimo más allá. Los y las docentes tenemos la buenaventura de con nuestra labor transformamos la vida de cada persona con quienes desarrollamos un proceso educativo y a través de cada estudiante entregamos nuestra impronta al mundo, a nuestra sociedad.
El ejercicio de nuestra labor conlleva paciencia, dedicación y una fina atención a los detalles para detectar cualquier cambio cognitivo, emocional, personal o familiar que nuestros alumnos van viviendo. Tenemos esa capacidad casi innata de observar y se intuitivos, sumado a la habilidad y curiosidad permanente que tenemos para investigar, aprender y desaprender, sin dudas nos permite innovar, motivar y acompañar a nuestros estudiantes para conectar con sus conocimientos.
Esa pasión nos impulsa a lograr objetivos educativos, nos conecta con nuestros alumnos, nos facilita la creación de un clima favorable y de confianza para desarrollar sus competencias y habilidades para la vida.
Por todo esto, y aunque formalmente celebramos el día del maestro el pasado miércoles, te invito a que tomes un momento y manifiestes a esa maestra a ese maestro que recuerdas con tanto cariño, que te desafió a crecer y dar más para aprender más. De la forma en que puedas, felicítale, reconócele y comparte con ella o el, lo transcendental que fue y es para tu vida.